En los centros de evacuados instalados en distintos lugares de la ciudad, incluyendo una escuela que debió trasladar el dictado de sus clases a otro establecimiento educativo, reduciendo de esta manera a dos horas el dictado de clases, ronda un clima de intranquilidad, producto de la falta de ayuda organizada para quienes perdieron todo.
En una ciudad en donde no hay agua corriente por que se inundó la planta de agua, en donde no existía un plan para emergencias, en donde la indiferencia de los funcionarios es moneda corriente, la exasperación de la gente es la respuesta lógica, ya que perdieron no solo sus casas, sino que una vez que bajen las aguas habrán perdido sus sembrados, sus animales de cría, sus pocas pertenencias, quedando en un estado aun peor del que tenían antes de las inundaciones.
Las autoridades de recursos hídricos, que se supone son ingeniero que conocen del tema, negaron la posibilidad de inundación hasta que el agua paso por sobre la ruta 92, retardando de esta forma toda posibilidad de reacción y mintiendo descaradamente en los informes que elevaban a sus superiores, los que tampoco mostraron demasiado interés ante el reclamo de los vecinos que si les informaban la verdad.
Una vez ocurrido el siniestro, la reacción fue tan lenta que si no fuera por el trabajo de los vecinos que de manera desorganizada, pero con la férrea voluntad de defender la ciudad, trabajaron día y noche incansablemente, las consecuencias seguramente hubieran sido aun perores.
La llegada de ayuda social a n los evacuado es hoy la gran tarea pendiente de las autoridades, ya que solo un porcentaje menor fue asistido, mientras la gran mayoría espera aun, sumida en la incertidumbre, que alguien se digne a cumplir lo que el cargo funcional que ocupa le anda: ayudar a quienes lo necesitan.
Suelen decir que no hay mal que por bien no venga, y ojala sea este mal el que haga despertar a las autoridades competentes para que de una buena vez se construyan las obras necesaria para que esta s inundaciones no vulvaza a ocurrir y se instrumente un sistema coordinado para que en caso de necesidad pueda reaccionar de manera adecuada y rápida para que los daños sean mucho menores de lo que en esta oportunidad podemos apreciar.
En una ciudad en donde no hay agua corriente por que se inundó la planta de agua, en donde no existía un plan para emergencias, en donde la indiferencia de los funcionarios es moneda corriente, la exasperación de la gente es la respuesta lógica, ya que perdieron no solo sus casas, sino que una vez que bajen las aguas habrán perdido sus sembrados, sus animales de cría, sus pocas pertenencias, quedando en un estado aun peor del que tenían antes de las inundaciones.
Las autoridades de recursos hídricos, que se supone son ingeniero que conocen del tema, negaron la posibilidad de inundación hasta que el agua paso por sobre la ruta 92, retardando de esta forma toda posibilidad de reacción y mintiendo descaradamente en los informes que elevaban a sus superiores, los que tampoco mostraron demasiado interés ante el reclamo de los vecinos que si les informaban la verdad.
Una vez ocurrido el siniestro, la reacción fue tan lenta que si no fuera por el trabajo de los vecinos que de manera desorganizada, pero con la férrea voluntad de defender la ciudad, trabajaron día y noche incansablemente, las consecuencias seguramente hubieran sido aun perores.
La llegada de ayuda social a n los evacuado es hoy la gran tarea pendiente de las autoridades, ya que solo un porcentaje menor fue asistido, mientras la gran mayoría espera aun, sumida en la incertidumbre, que alguien se digne a cumplir lo que el cargo funcional que ocupa le anda: ayudar a quienes lo necesitan.
Suelen decir que no hay mal que por bien no venga, y ojala sea este mal el que haga despertar a las autoridades competentes para que de una buena vez se construyan las obras necesaria para que esta s inundaciones no vulvaza a ocurrir y se instrumente un sistema coordinado para que en caso de necesidad pueda reaccionar de manera adecuada y rápida para que los daños sean mucho menores de lo que en esta oportunidad podemos apreciar.