Pareciera que el homenaje que en su momento se quiso rendir a la numerosa colectividad judía que desarrolló sus actividades en esta ciudad al denominar una plazoleta con el nombre de “Estado de Israel”, solo quedó en el nombre impuesto a este espacio verde, que se erige en el mismo lugar donde durante años funcionara la sinagoga, centro espiritual de una de las mayores colectividades de la ciudad.
Hoy, la plazoleta allí erigida es el más claro signo de abandono que se pueda mostrar, convertida en un basural, donde muchos arrojan los desperdicios de sus domicilios y en donde los juegos son solo hierros oxidados entere los matorrales que crecen sin control.El municipio parece haberse desentendido de este espacio, como el de otros tantos en la ciudad, que no solo debería ser un lugar para el descanso y esparcimiento de los niños, sino que, además, es un símbolo cultural de esta ciudad, que lamentablemente pareciera tener autoridades en el área de cultura que poco interés muestran en revalorizar parte del pasado de la ciudad
Hoy, la plazoleta allí erigida es el más claro signo de abandono que se pueda mostrar, convertida en un basural, donde muchos arrojan los desperdicios de sus domicilios y en donde los juegos son solo hierros oxidados entere los matorrales que crecen sin control.El municipio parece haberse desentendido de este espacio, como el de otros tantos en la ciudad, que no solo debería ser un lugar para el descanso y esparcimiento de los niños, sino que, además, es un símbolo cultural de esta ciudad, que lamentablemente pareciera tener autoridades en el área de cultura que poco interés muestran en revalorizar parte del pasado de la ciudad
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