La ya tradicional migración de trabajadores que se da todos estos años, con destino al as ciudades de provincias productoras por excelencia como Santa Fe o Buenos Aires, se vio las ultimas semanas en su apogeo, con el aditamento de que este año, por la escasez de trabajo en la zona, el numero de trabajadores que partieron supero la media normal que se da en esta época del año.
Los largos meses sin lluvias en la zona, hicieron que los pocos sembradíos implantados se secaran o no produjeran de manera normal y además los cultivos que se realizan es esta época del año no se pueden comenzar por falta humedad en suelo.
Toda esta situación hizo que quienes trabajan en las actividades rurales no encuentren su base de sustento, sumándose a quienes ya tradicionalmente dejan la zona todos los años en busca de trabajo en otras provincias, comenzando así las migraciones que le dieron el conocido nombre de trabajadores golondrinas.
A pesar de las constantes denuncias que año tras año realizan a cerca del incumplimiento de condiciones laborales y salariales por parte de quienes los contratan para el desflore o recolección de papa u otras actividades similares, son numeroso los trabajadores que nuevamente emprenden el camino de la migración nuevamente.
Los últimos años también se vio un notable incremento de jóvenes que parten en busca de trabajo a esos lugares lejanos, muchos de los cuales no regresan a la provincia luego de terminado el trabajo estacional que los hizo migrar, quedándose en ciudades cercanas a los campos en los que estaban trabajando, en las cuales muchas veces consiguen trabajo y se asientan de esta forma ya de manera permanente en esos lugares, despoblando nuestro interior provincial y haciendo que la población, fundamentalmente rural, en nuestra provincia muestre un ostensible envejecimiento y perdiendo una importante cantidad de trabajadores en edad productiva, situación que deberá ser revertida, mediante un plan de gobierno que tienda a generar mayor cantidad de puestos de trabajo, ya que este tipo de situaciones acarrea problemas sociales y económicos graves para los pueblo y ciudades del interior que sufren este despoblamiento
Los largos meses sin lluvias en la zona, hicieron que los pocos sembradíos implantados se secaran o no produjeran de manera normal y además los cultivos que se realizan es esta época del año no se pueden comenzar por falta humedad en suelo.
Toda esta situación hizo que quienes trabajan en las actividades rurales no encuentren su base de sustento, sumándose a quienes ya tradicionalmente dejan la zona todos los años en busca de trabajo en otras provincias, comenzando así las migraciones que le dieron el conocido nombre de trabajadores golondrinas.
A pesar de las constantes denuncias que año tras año realizan a cerca del incumplimiento de condiciones laborales y salariales por parte de quienes los contratan para el desflore o recolección de papa u otras actividades similares, son numeroso los trabajadores que nuevamente emprenden el camino de la migración nuevamente.
Los últimos años también se vio un notable incremento de jóvenes que parten en busca de trabajo a esos lugares lejanos, muchos de los cuales no regresan a la provincia luego de terminado el trabajo estacional que los hizo migrar, quedándose en ciudades cercanas a los campos en los que estaban trabajando, en las cuales muchas veces consiguen trabajo y se asientan de esta forma ya de manera permanente en esos lugares, despoblando nuestro interior provincial y haciendo que la población, fundamentalmente rural, en nuestra provincia muestre un ostensible envejecimiento y perdiendo una importante cantidad de trabajadores en edad productiva, situación que deberá ser revertida, mediante un plan de gobierno que tienda a generar mayor cantidad de puestos de trabajo, ya que este tipo de situaciones acarrea problemas sociales y económicos graves para los pueblo y ciudades del interior que sufren este despoblamiento